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Las advertencias llegaron a través de intermediarios: amigos y conocidos. A Jennifer Ávila y su equipo de Contracorriente se les dijo que sus reportajes sobre los arreglos fuera del país de los políticos y las élites hondureñas, según lo revelado por los Papeles de Pandora, los meterían en problemas.
“Muchos de ellos utilizaron intermediarios para llegar a nosotros, más que todo como a intentar que no publicáramos”, dijo Ávila en una entrevista con CIMA, hablando de las personas y organizaciones que habían investigado. “Porque era peligroso, los van a demandar, eso realmente no es así, a mí ya me explicó no sé quién. Y todos (sobre) los que nosotros publicamos se comunicaron entre ellos porque todos tenían ciertos mensajes parecidos y lo que más nos alarmó fue eso, que llegó un intermediario con bastante poder político a querer como interceder pero de manera pasivo agresiva “.
Por su seguridad, Ávila salió de Honduras la víspera de la publicación de los reportajes de Contracorriente, un momento tenso en la culminación de un esfuerzo de seis meses con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística – CLIP). Las investigaciones revelaron cuentas en el extranjero en poder del exministro Yankel Rosenthal Coello, condenado por lavado de dinero, y del expresidente Porfirio Lobo Sosa, quien ha sido incluido en la Lista Engel por presuntamente aceptar sobornos de narcotraficantes. En medio de los millones de documentos filtrados, había detalles de transacciones en el extranjero por parte de un actual legislador hondureño y dos alcaldes. Por su valentía y compromiso, Ávila y su cofundadora Catherine Calderón fueron reconocidas con el Premio a la Democracia 2021 de National Endowment for Democracy (NED).
La historia de Contracorriente revela cuán ferozmente se ve amenazado el periodismo independiente en la actualidad y, en consecuencia, cuán importante puede ser el apoyo internacional para los medios de comunicación jóvenes emergentes. Actualmente, Contracorriente depende de subvenciones y donaciones filantrópicas porque los ingresos por publicidad en Honduras son demasiado pequeños o vienen con condiciones que comprometen la autonomía periodística. La organización se apoya en las redes de periodismo de investigación para elevar los estándares y el alcance de su trabajo. Ante la ausencia de protecciones legales para los periodistas en Honduras, los periodistas de Contracorriente necesitan protección de la visibilidad que brindan organizaciones como el Comité para la Protección de los Periodistas y National Endowment for Democracy. Free Press Unlimited, SembraMedia, Alterna e Interchurch Coordination Committee Development Aid (Interkerkelijk Coördinatie Commissie Ontwikkelingshulp, ICCO) ayudaron a Contracorriente a desarrollar un plan de sostenibilidad financiera.
Sin embargo, la historia de Contracorriente también revela algunas de las deficiencias y limitaciones de ese apoyo. Como su nombre lo indica, Contracorriente nada contra la corriente, en un entorno que se ha vuelto cada vez más hostil a su trabajo. Queda por verse cómo el apoyo internacional no solo puede apuntalar a medios como Contracorriente en este esfuerzo, sino también contribuir a cambiar el rumbo fomentando las condiciones en Honduras y en otros lugares para proteger y sustentar el periodismo independiente.
Contra la Corriente
Desde su creación en 2017, Contracorriente fue una de las pocas fuentes de periodismo independiente de alta calidad sobre la corrupción en Honduras. El medio se creó justo cuando un joven movimiento de protesta de clase media contra la corrupción conocido como “Los Indignados” explotó en las redes sociales y llenó las calles de las ciudades de todo el país. Ávila, que era periodista, y Calderón, que era activista, vieron una oportunidad. Los jóvenes compartían sus historias sobre cómo la corrupción los había afectado a ellos y a sus familias. Buscaban noticias y análisis contundentes que pudieran apuntar a un futuro diferente para Honduras. Los principales medios de comunicación no estaban ofreciendo este tipo de contenido y el movimiento de protesta en sí mismo no tenía la capacidad de moderar el torrente de información en las redes sociales.
Sobre sus esfuerzos como organizadora del movimiento antes de unirse a Contracorriente, Calderón dijo: “Mi frustración como activista era saber está llegando un montón de información que la gente se estaba animando a mandar en las redes sociales denunciando estos casos de corrupción en diferentes instituciones estatales, pero nosotros, quienes estábamos del otro lado, no estábamos preparados para manejar esa información. ¿Qué íbamos a hacer más que publicarla [en las redes sociales] sin realmente hacer una verificación y lo que iba a suceder era darle armas a los corruptos para poderse defender mejor”.
Mientras Ávila cubría las protestas, entrevistando repetidamente a Calderón, las dos mujeres reconocieron un interés compartido en la construcción de una plataforma mediática que pudiera proporcionar información verificada y confiable sobre los escándalos de corrupción y brindara un análisis profundo sobre las posibles soluciones. Decidieron entonces formar Contracorriente.
La Importancia y las Limitaciones del Apoyo Internacional
Dos fuerzas han sostenido a Contracorriente: sus pequeños pero leales seguidores, que incluyen una comunidad de más de 50 colaboradores que han escrito para el sitio web, y el apoyo internacional. Ávila y Calderón dicen que se han beneficiado de una ola de financiamiento directo a los medios independientes. Esperan que el apoyo pueda continuar, especialmente en países, como los de Centroamérica, donde la democracia está retrocediendo. De hecho, un informe reciente de CIMA muestra que los medios independientes son con frecuencia la última línea de defensa contra la erosión democrática. Señalan cómo las redes internacionales de periodistas —Centro Internacional de Periodistas, el Proyecto de Denuncia de la Corrupción y el Crimen Organizado, CLIP, Reporteros Árabes para el Periodismo de Investigación— están fomentando una nueva generación de periodismo investigación en todo el mundo. Y están agradecidas por el apoyo que les ha permitido lanzar un negocio independiente de relaciones públicas que subsidia el trabajo de Contracorriente respetando su independencia editorial.
Si bien el apoyo internacional de esta naturaleza para Contracorriente y sus medios afines en todo el mundo debe mantenerse, si no redoblarse, ¿se puede hacer más para mejorar el entorno propicio para su trabajo?
A pesar de todo el apoyo internacional, Contracorriente aún enfrenta un ambiente hostil en Honduras, donde al menos 40 periodistas han sido asesinados en la última década. Más del 90 por ciento de estos asesinatos quedan impunes, a pesar de la creación de una Fiscalía Especial para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos, Periodistas, Comunicadores Sociales y Operadores de Justicia. Desde el golpe de 2009, los cierres y apagones también han obstaculizado la independencia de los medios de comunicación.
Contracorriente fue el único medio en Honduras con acceso a los Papeles de Pandora, un acuerdo que garantizó la seguridad e integridad del proyecto, pero se sorprendieron por la renuencia de otros medios hondureños a cubrir las historias sobre los Papeles de Pandora después de que fueron divulgados. Se sintieron más solas y vulnerables en ese momento.
“Hubo medios corporativos que tuvieron que sacar lo de Pandora Papers porque si no lo sacaban era una historia global, pero nunca dieron los créditos a Contracorriente”, dijo Ávila. “Invisibilizaron a Contracorriente. Y hubo medios independientes que ni siquiera sacaron noticias de los Pandora Papers, ni siquiera como estamos en los Pandora Papers, era un silencio que nos dio mucho miedo”.
Es notable esta falta de cobertura de una historia global masiva que tiene profundas implicaciones locales. A pesar del trabajo pionero de Contracorriente, sigue estando solo. El apoyo de los donantes ha fortalecido este medio, pero el entorno propicio para el periodismo independiente en Honduras no ha mejorado.
¿Se puede hacer más para impulsar a los medios de comunicación en su conjunto en Honduras? ¿Fomentar la solidaridad, incluso entre medios competidores, con los principios de la libertad de prensa? Ávila y Calderón también señalan las limitaciones del apoyo internacional en Honduras a la Fiscalía Especial para la Protección de Periodistas.
Según Ávila y Calderón, la Fiscalía Especial se creó debido a la presión internacional para combatir la impunidad de los delitos contra periodistas en Honduras. Sin embargo, los actores de la sociedad civil local y los periodistas no fueron consultados en su diseño. Como resultado, la oficina depende de la policía nacional, una institución que históricamente se ha hecho de la vista gorda ante los ataques contra periodistas para investigar estos delitos. “La policía nacional, que en muchos casos está ausente y en otros casos es la represora de los periodistas, es la que se encarga de protegerlos también”, dijo Ávila. “Hay como cierta incoherencia”.
Afirman que las soluciones a estas amenazas más amplias a los medios independientes necesitan una mayor aportación y participación de los actores locales de la sociedad civil, quienes podrían haber aconsejado a la comunidad internacional para crear un mecanismo independiente de reportes para la Fiscalía Especial, entre otros posibles cambios. Tales observaciones resuenan con el creciente reconocimiento de la necesidad de formar coaliciones para el desarrollo de los medios de comunicación que puedan funcionar de abajo hacia arriba. No se puede esperar que Contracorriente nade eternamente contra la corriente.
Nick Benequista es el Director Senior de CIMA a NED.
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